21 de octubre de 2013

No más cuentos

-Érase una vez… -empezó a leer la madre.
El niño, ya en la cama, hastiado y triste, veía como volvía a esconderse detrás del libro y evitaba contarle lo que estaba pasado.
Cerró los ojos, se hizo el dormido, escondió las lágrimas; puede que incluso tuviera que hacerse el sordo un poco más tarde cuando sus padres empezasen a discutir en el cuarto de al lado.

2 comentarios:

  1. Así vivimos las vidas impostadas, los adultos escondidos tras de hojas de papel, los niños haciéndose los sordos para no oír el aullido del silencio.
    Abrazos, siempre

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