31 de octubre de 2016

Turnos

Con frecuencia, cuando salgo de la ducha, descubro a mi sombra y a mi reflejo charlando amigablemente, cada uno a un lado del espejo.
Pero ayer, al ir a secarme, no me di cuenta que él había escapado hasta que usaron la toalla para apresarme y obligarme a ocupar su lugar. Desde entonces, soy yo quien espera a que entren en el baño para ser, durante algunos minutos al día, alguien.
He de decir, si soy justo, que mi reflejo tiene buen aspecto y que se lo agradezco. En cuanto a mi sombra, nada podrá impedir nunca que lo vea todo negro, que se sienta sola, que me mire con curiosidad y me vea, como ella, huérfano.
Es la historia de siempre. Mi imagen y yo o yo y el original que reflejo, juntos e intercambiables; y a nuestro lado, esa sombra que, quizás sin proponérselo, da continuidad a estos canjes.

4 comentarios:

  1. La sombra es la verdadera realidad de cada uno, es lo que queda tras nuestro paso, una sombra.
    Besos.

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  2. Unas veces somos más sombra y otras más reflejo. Según el día o el momento.
    Un abrazo, Luisa

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  3. Qué buenos comentarios!!! Me quedo con ellos. Gracias!!!!

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  4. Es que lo que más tenemos, todxs, es sombra.

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